La verdadera pregunta es ¿para quién no es SASE?
Con la adopción de la nube y la creciente sofisticación de las amenazas a la seguridad, las tradicionales pilas de seguridad «pesadas» en las instalaciones ya no ofrecen la flexibilidad requerida por las empresas.
Las empresas también requieren que las capacidades de seguridad se desplieguen en la nube donde consumen IaaS/PaaS/SaaS.
Se trata de un enfoque aplicable a cualquier organización, independientemente de su tamaño, ubicación o sector, si han iniciado su viaje hacia la nube.
SASE, como arquitectura moderna de redes y seguridad de redes que opera desde un único marco basado en la nube, ofrece una plétora de ventajas a las empresas de todos los tamaños.
En pocas palabras, los beneficios de SASE incluyen todas las ventajas de la nube aplicadas a los modelos de redes y seguridad. Introduce la facilidad de despliegue y consumo que exigen las empresas de todos los tamaños. Con las plantillas distribuidas por todo el mundo en oficinas, hogares y sobre la marcha, mantener un rendimiento fiable y seguro de la red también es fundamental para impulsar los resultados empresariales deseados.
Otra de las ventajas de SASE es que, cuando se despliega como parte de una arquitectura PoP de servicios, reúne de forma eficaz y flexible tanto a los trabajadores locales como a los remotos bajo un marco común de políticas de seguridad, lo que mejora la postura de seguridad de la empresa.
La mejora de la seguridad y el rendimiento es el primer y más natural beneficio de SASE.
Ofrece medidas de seguridad integrales que protegen a las empresas de ciberamenazas como el malware, el ransomware y los ataques de phishing.
Ayuda a proteger los datos en tránsito y en reposo, independientemente de la ubicación o el dispositivo.
En cuanto al rendimiento, aprovecha la arquitectura basada en la nube para proporcionar una conectividad más rápida y fiable, mejorando el rendimiento general de las aplicaciones y servicios empresariales.
La reducción de la complejidad y el ahorro de costes son también ventajas consecuentes de la arquitectura SASE.
Las empresas tienen la posibilidad de consolidar múltiples soluciones de red y seguridad en una única plataforma, lo que reduce la complejidad y el coste asociados a la gestión de múltiples proveedores y soluciones.
En cuanto a los costes, ayuda a las empresas a ahorrar en los costes asociados al hardware, el software y el mantenimiento al aprovechar un modelo de servicio basado en la nube.
La escalabilidad es otra ventaja universal para empresas de distintos tamaños.
La estructura de SASE está diseñada para ser altamente escalable y flexible, lo que permite a las empresas ampliar fácilmente sus capacidades de red y seguridad a medida que evolucionan sus necesidades.
Las empresas deberían desear una combinación de soluciones de seguridad locales y en la nube para abordar necesidades y retos de seguridad específicos, así como para aprovechar las ventajas de ambos enfoques.
Por un lado, las soluciones de seguridad in situ aportan un alto grado de control y personalización, la capacidad de proteger datos y aplicaciones sensibles que no pueden trasladarse a la nube.
Los niveles de rendimiento y disponibilidad son mayores con esta solución, sobre todo para aplicaciones y servicios críticos que requieren baja latencia y gran ancho de banda.
Por otro lado, las soluciones de seguridad en la nube ofrecen una mayor escalabilidad y flexibilidad, así como un despliegue rápido y la capacidad de gestionar los recursos de seguridad en múltiples ubicaciones y dispositivos.
También aprovechan la inteligencia sobre amenazas y los análisis de seguridad más recientes para proporcionar una protección más eficaz contra las amenazas en evolución.
La combinación de ambas soluciones de seguridad puede permitir a las empresas aprovechar los puntos fuertes de cada enfoque, reduciendo al mismo tiempo las limitaciones y los riesgos asociados a cada uno.
Esto puede lograrse mediante diversos métodos, como las arquitecturas de seguridad híbridas, en las que las políticas y los controles de seguridad se gestionan de forma centralizada y se aplican de forma coherente en ambos entornos.
Para lograrlo, se requiere una estrategia de seguridad integral, que tenga en cuenta las necesidades y retos de seguridad únicos de cada entorno y aproveche las soluciones de seguridad adecuadas para abordarlos.