Hoy comienza oficialmente el otoño.
Pero en la era del COVID, la vuelta al cole se presenta muy diferente este año.
El impacto de la pandemia mundial en la educación aún no se ha comprendido del todo, pero sí sabemos una cosa: las instituciones educativas se están viendo desafiadas de formas nuevas e inesperadas.
Esto es especialmente cierto en el caso de la enseñanza superior, que depende tanto -financieramente y en otros aspectos- de la creación de una comunidad presencial.
La transición al aprendizaje virtual ha sido, y sigue siendo, un reto entre los retos.
Para los profesores y los estudiantes, se trata de hacer pivotar el plan de estudios, replantearse y a veces aumentar las herramientas de aprendizaje virtual, combatir la fatiga del Zoom y garantizar una configuración cómoda en casa.
Para los departamentos de TI de las universidades, es posibilitar el aprendizaje virtual proporcionando una conectividad fiable y segura a los planes de estudios, herramientas de videoconferencia como Zoom, portales de contenidos y otras aplicaciones como G-suite y YouTube.
Antes de COVID, la mayoría de los departamentos de TI universitarios gestionaban su propia red en el campus para una comunidad de usuarios principalmente presencial.
Ahora, se enfrentan al reto de dar soporte a una gran comunidad de usuarios en línea distribuida.
Para añadir aún más complejidad, muchos de esos usuarios no están en el país.
En 2019, el número de estudiantes internacionales en EE.UU. alcanzó un máximo histórico por cuarto año consecutivo, según el Instituto de Educación Internacional.
Desde el punto de vista de las redes, se trata de un juego totalmente diferente al de proporcionar conectividad únicamente a los usuarios con sede en EE.UU.
En un ejemplo, una universidad con sede en EE.UU. estaba luchando por proporcionar una conectividad VPN estable a sus cientos de estudiantes internacionales remotos, que tienen su sede principalmente en China.
Los usuarios eran interrumpidos o expulsados constantemente.
No es una buena receta para el aprendizaje a distancia.
Pero después de desplegar Aryaka Private Access, la universidad fue capaz de acelerar sus conexiones VPN en casi 48X.
La solución Aryaka SRA acelera, estabiliza y optimiza las conexiones VPN enrutando el tráfico a través de una red privada global de capa 2 dedicada y basada en SLA.
SRA proporciona datos, voz y vídeo a una velocidad constante, todo ello clave para permitir el aprendizaje virtual.
No se requiere hardware ni software y SRA puede aprovechar el cliente VPN existente de una organización, por lo que la solución puede implantarse en cuestión de minutos.
COVID está remodelando lo que significa la experiencia universitaria en 2020.
Aunque el aprendizaje a distancia es intrínsecamente desafiante, la conectividad global no tiene por qué ser un obstáculo adicional para crear una experiencia de aprendizaje virtual exitosa.
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